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Nº Horas:
200 |
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Titulación:
Diploma |
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Objetivos: |
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OBJETIVOS:
Se pretende que el alumno vaya adquiriendo una serie de capacidades en torno al desarrollo de la dimensión afectivo-sexual, que contribuyen a la consecución de las finalidades educativas que se pretenden, es decir, al desarrollo integro de la persona en los ámbitos personal, afectivo, de relación interpersonal y de actuación e inserción social.
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Metodología: |
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consultar |
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Programa: |
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Duración: 200 horas. Un año para realizarlo, sin tiempo mínimo.
Precio total: 75 euros (4 % iva+gastos envío).
El ser humano es un ser sexuado y como tal vive a lo largo de su existencia. Muchas veces al hablar de sexualidad reducimos ese ámbito de vivencias, experiencias, a temas tan concretos como las relaciones sexuales, la anticoncepción, los riesgos asociados a la sexualidad, etc. Todas estas posibilidades, aún en su amplitud, no hacen sino ofrecernos una visión reducida de lo que es el «Hecho Sexual Humano».
Hablar de Educación Afectivo-Sexual es hablar de uno de los ejes de la Sexología. Como todos los/as educadores/as saben, es imposible no educar, no comunicar, no transmitir; aún el silencio más absoluto está transmitiendo un determinado mensaje, nuestras actitudes transmiten directa o indirectamente un tipo de valores, de comportamientos, ejemplos a seguir para las personas a las que educamos y para las cuales somos modelos. Como educadores/as haremos hincapié en las actitudes y valores que transmitimos en lo referente a la sexualidad, una sexualidad positiva, sana y cuyas funciones son múltiples, no reduciéndola a una mera prevención de riesgos o asociándola con las relaciones sexuales exclusivamente genitales, ni coitales, sino una sexualidad y una erótica más global.
La Educación Afectivo-Sexual pretende ir más allá de la información, de la mera transmisión de contenidos y conceptos que suelen recibir los jóvenes. Debe estar integrada en la educación de cada persona, desde los diferentes ámbitos: escolar, familiar, social. La familia debe ser el primer y principal ámbito educativo para las personas, desde los primeros momentos de vida, pues son los padres/madres, quienes generalmente tienen mayor influencia en la vida de los hijos/as. Ello incluye la educación en todos sus aspectos, y la Educación Afectivo-Sexual no puede ni debe ser una excepción. Esta tarea debe realizarse con naturalidad, según las necesidades que los/as niños/as tienen en cada momento y en cada etapa evolutiva.
En nuestra labor como educadores/as, no debemos caer en el error de centrarnos únicamente en las relaciones sexuales, muchas veces entendidas exclusivamente como relaciones coitales, genitales, ni en el uso de anticonceptivos, ni siquiera solamente en la prevención de riesgos (embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual o SIDA). Aunque estos son aspectos muy importantes para una vida sexual sana y positiva, la educación tiene que ir más allá, sobre todo si buscamos la educación integral, global de cada persona. Una educación que integre diferentes valores, cada cual con los suyos, que sea respetuosa con las diferencias, que permita conocer cuál es el funcionamiento del propio cuerpo y, hasta donde nos sea posible, el de nuestra pareja, conociendo cuáles son los sentimientos, emociones y vivencias como seres sexuados.
Como educadores/as hemos de dar a conocer el «Hecho Sexual Humano» y no quedarnos con aquello que pretenden «vendernos», es decir, una sexualidad equivalente a riesgos, prohibiciones, tabúes y coitos. Somos seres sexuados desde el momento en que hemos sido fecundados hasta el último segundo de vida, y en cada etapa de nuestra existencia tenemos una forma característica de vivir y expresar la sexualidad. Hemos de olvidarnos de que la sexualidad solamente forma parte de la vida adulta; los/as niños/as, los/as adolescentes y los/as viejos/as también viven su sexualidad, probablemente lo harán de una forma diferente, pero no por ello debemos hacer caso omiso a sus necesidades o a sus demandas.
Los educadores/as han de ser capaces de transmitir determinados valores, como el respeto y la libertad; valores importantes a fomentar, ya sea en materia de sexualidad o en cualquier otro aspecto de la vida de las personas. Cada persona es un ser humano con su propia biografía, experiencias de vida, aprendizajes, sentimientos, emociones, vivencias... y eso hemos de respetarlo. Tenemos que ser objetivos con lo que pretendemos transmitir, adaptándonos a cada persona en concreto, a aquello que demandan en cada momento, respetando su propia biografía, historia personal, familiar, cultural o social. No hay un modelo de persona perfecta, cada una lo es dentro de su propia historia.
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Requisitos de acceso: |
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DESTINATARIOS:
Trabajador Social, Pedagogo Social, Educador de Calle, TASOC, Mediador Social, Animador Sociocultural, Educador Familiar, Profesorado, Monitor de Campamento, Monitor de Ludoteca, Dinamizador Cultural, Monitor de Discapacitados, Monitor de Granja Escuela, Técnico Casa de Juventud, Técnico de Información Juvenil, Formador de Formadores, Técnico en Integración Social, Educador Social, Educador Infantil, Educador Centro de Acogida, Terapeuta, Orientador Educativo, Mediador Juvenil, Educador Sexual, Monitor de Tiempo Libre,.. estudiantes de Psicología, Sociología, Magisterio, Pedagogía, Psicopedagogía, Trabajo Social, Educación Social, Educación Infantil, Integración Social, Enfermería, Auxiliar de Clínica... asociaciones, instituciones, colectivos, centros cívicos,...
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Observaciones: |
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Matricula abierta todo el año.
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